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Molestias y dolor en la garganta, tos, sed, nariz congestionada y fiebre son todos síntomas de resfrío y gripe. Ambos resultan infecciones contagiosas que se transmiten por el aire y debilitan el sistema esos síntomas.
Problemas frecuentes
Resfrío.
El resfrío común es provocado por un virus que no responde a los antibióticos. Afecta las vías respiratorias altas, aunque puede dar lugar a complicaciones broncopulmonares. Suele desaparecer a los tres o cuatro días.
Gripe.
Es similar al resfrío, pero con un cuadro febril. Si a los síntomas del resfrío se le suman lagrimeo, estornudos, dolor de cuerpo, fatiga, molestias en el pecho, sensación de abombamiento y en especial fiebre, se está frente a una gripe y lo mejor es guardar reposo.
Catarro.
Es una inflamación de las mucosas que recubren el inferior de la parte superior de las vías respiratorias. Los catarros pueden tener secreción excesiva de mucosidad. Existen de tiempo bronquial y pulmonar. Lo indicado en estos casos es la expectoración.
Tos.
Es la expresión brusca, forzada y ruidosa de aire contenido en los pulmones. Se produce por la irritación de las vías respiratorias. Toser permite liberar la mucosa que tapiza la garganta y el tracto respiratorio superior ante cualquier irritación provocada por el humo o el polvo ambiental.
REMEDIOS NATURALES
Herbolaria.
Para favorecer la transpiración preparar una infusión de tomillo y especias: hervir un puñito pequeño de tomillo, una rama de canela y dos clavos de olor en un litro de agua durante dos minutos. Dejar reposar por tres minutos, colar y beber caliente.
Infusión de albahaca:
Utilizar hojas frescas o secas. Si se le añade una pizca de clavo de olor y canela molidos, ayudará a bajar la fiebre y favorecerá el descenso. Algunas hierbas que podrían aliviar los síntomas y bajar la fiebre son el coriandro y el jengibre.
Fricciones de eucalipto, manzanilla o angélica: utilizar unas gotas de aceite esencial de eucalipto, manzanilla o angélica en una cucharada de aceite de oliva.
Aromaterapia.
Baño caliente aromático con dos gotas de tomillo, otras dos de eucalipto y tres de limón. Sumergirse en el agua e inhalar profundamente los vapores.
Cataplasma: mezclar cuatro gotas de eucalipto con aceite de semillas de uva y aplicar sobre el pecho antes de acostarse. Los vapores ayudarán a despejar los conductos de la nariz y facilitarán el descenso.
Bálsamos: el mentol, el eucalipto y el alcanfor abren los conductos y ayudan a restaurar la piel irritada.
Nutrición.
Tomar líquidos calientes, como tés y caldos: alivian la congestión nasal, previenen la deshidratación y calman las molestias de la garganta y de la nariz.
Además es importante beber al menos dos litros de agua al día y jugos de frutas naturales. Preparar una bebida con jugó de limón o naranja, miel, un poco de alcohol, como ron, y algo de agua caliente. Beber una copa antes de ir a la cama proporcionará alivio, facilitará la transpiración y ayudará a conciliar mejor el sueño.
Hidroterapia.
Usar unas gotas de agua con sal en la nariz ayuda a suavizar la mucosidad y humedecer esa piel delicada. Las gárgaras son buenas para aliviar una garganta dolorida. Prepararlas con una cucharadita de sal disuelta en agua tibia, o mezclar un poco de miel con hojas de frambuesa o jugó de limón y agua caliente. Los bajos de vapor humedecen los conductos nasales y los relajan.