Protagonista de varias leyendas, venerado por los aztecas y apreciado por los fieles y enfermos, el ahuehuete forma parte de algunas de las tradiciones más antiguas de México.
El ahuehuete es un árbol notable por su belleza y majestuosidad, particularmente alto y fornido, pues puede llegar a medir hasta 50 metros de altura, mientras que el diámetro de su tronco se mide entre 2 y 14 metros de ancho.
A pesar de que actualmente se encuentran algunos ejemplares en Guatemala y España, el ahuehuete es un árbol originario de México, reconocido en 1921 como "árbol nacional".
Estos árboles son unos de los más longevos del mundo. Prueba de ello, son los ejemplares que, después de más de cientos de años, permanecen igualmente frondosos y robustos.
Por otro lado, el ahuehuete se distingue de otros árboles por su predilección por crecer a orillas de ríos y manantiales, pues necesita mantener la base de su tronco sumergida en el agua gran parte del año para sobrevivir.
Fue debido a estas características que los pueblos prehispánicos crearon un sin fin de cuentos y leyendas alrededor de este ejemplar de la flora mexicana.
Una de ellas, por ejemplo, hablaba de que el ahuehuete en realidad, era un anciano indígena que, después de mucho caminar, quiso sentarse a orillas de un río sólo para refrescar sus piernas. El viejo quedó tan maravillado con el paisaje de aquel río y aquella refrescante sensación del agua acariciando sus pies, que pidió a sus dioses que le permitieran disfrutar siempre de ese sentir.
En ese momento, el hombre se transformó en árbol, sus pies aún dentro del agua, se convirtieron en las raíces de su tronco y sus cabellos blancos, en hojas grises, cuenta la leyenda.
Efectivamente, el árbol adoptó todas las peculiaridades del anciano, tanto su longevidad, debido a la avanzada edad del hombre, y su vigor, reflejo de la fortaleza del viejo, y su belleza e impetuosidad, símbolo de su sabiduría y bondad.
Quizás en relación a este relato, los antiguos pueblos indígenas hayan denominado al árbol como "ahuehuete".
El vocablo "ahuehuete" proviene de una combinación de palabras que significan "viejo del agua" en náhuatl, lengua hablada por los pueblos nahuas de México.
No hay duda de que este árbol fue apreciado de una manera muy especial por varias de las civilizaciones indígenas que habitaron el territorio mexicano.
Los aztecas, particularmente, le guardaban gran respeto y apego, por lo que domesticaron su especie con fines ornamentales.
Durante el siglo XV, Netzhualcóyotl, valiente guerrero y rey de Texcoco (estado nahua independiente y segunda ciudad más importante del imperio azteca) hizo construir lo que fueron los más hermosos jardines elevados que se conocieron en América, semejantes en hermosura a los famosos jardines de Babilonia. En estos jardines, el monarca, que era aficionado a la botánica y guardaba un particular apego por el ahuehuete, sembró varios de estos ejemplares, los cuales se conservan en su ubicación original, cerca de la capital mexicana.
Además, es bien sabido que, tanto para las civilizaciones de la época precolombina, como para los mexicanos de hoy, el ahuehuete es una especie de árbol santo o sagrado, pues desde siempre, se ha considerado "milagroso" por supuestas propiedades curativas. Esto es evidente en el llamado "Árbol Sagrado", situado en las afueras del Estado de México. A este ejemplar se le atribuyen 227 años de edad, 37 metros de altura y 4 metros de diámetro troncal, además de la peculiaridad de que entre sus raíces brota un manantial.
Los fieles en peregrinación hacia el Santuario del Señor de Chalma, inician ritos religiosos al llegar ante él. Los peregrinos acostumbran descansar bajo su sombra y apagar su sed con el agua de su manantial. Luego, continúan una antigua tradición al colocarse una corona de flores en la cabeza, la cual llevan puesta mientras bailan hasta llegar al santuario del Cristo.
Esto sin olvidar su fama de "árbol milagroso", la cual se comprueba al visitar cualquiera de los puestos ambulantes y mercados, donde se pueden obtener sus partes para ser utilizadas con usos medicinales, bien sea su resina, su corteza o su follaje, los cuales se dice curan varias enfermedades.
Un segundo ahuehuete famoso, es el conocido como el "Árbol de la Noche Triste", el cual se encuentra en la población de Tacuba. La leyenda cuenta que a los pies de este árbol que Hernán Cortés, explorador español y conquistador de la Gran Tenochtitlán, se encontró con la cabeza inclinada sobre el pecho y sin poder ocultar el llanto debido a su derrota ante el pueblo azteca la noche del 30 de junio de 1520.
De esta forma, además de su belleza y gran nivel paisajístico, el ahuehuete es un árbol fuertemente arraigado a varias tradiciones mexicanas, inseparable de la historia y leyendas del país.
Ahuehuete es un expectorante para resfriados, las toses, la bronquitis, y para gritar tos. Externamente, es utilizado en el ungüento o la loción forma y aplicó a venas y hemorroides varicosas. Todas partes del árbol son utilizadas para curar hemorroides, venas varicosas, congestión de pecho, la sarna y las heridas.